Historia de la Hospederia

La Casita de Madera

Una lección de vida, una aventura con riesgos solamente con la convicción de que se puede. Me refiero al traslado de la casita de madera, construida por Nano Ramos hace unos tres años aproximadamente. La casita en la cual nos acompañaba mami cuando se construía la casa grande. Mami nos decía: "Rolando y Margarita a esta casita se le puede hacer una cocinita, un baño, yo pago los bloques. Tito y Arnaldo les ayudan".

La casita, la cual valoro mucho sentimentalmente, se trasladó cien pies de distancia utilizando únicamente tubos como palanca y maderas para deslizarla a través del terreno. Si los egipcios trasladaban rocas inmensas de gran peso y construyeron las maravillosas pirámides, sin máquinas, la casita podía ser trasladada. En el traslado se utilizaron básicamente los principios básicos antiguos de levantar y halar. Tito Lugo y Mingo lo pudieron hacer inspirados en mi sueño (algunos dirán, locura) de trasladar la casita, construir una base en acero de siete pies de alto para colocarla y en la parte inferior construir un almacén y taller de trabajo. Se logró y hubo momentos en los que me preocupé por la seguridad de Tito y Mingo, aunque a la vez confiado en que se podía cumplir mi sueño, sin que nadie saliera lastimado. Medité mucho durante todo el proceso de trabajo (unas 16 horas) y reflexioné sobre cómo este traslado de la casita es similar a lo que es la carrera de vivir. Vivir no es otra cosa que trazarse metas, sueños, mucha incertidumbre, tomarse riesgos, algunas frustraciones, pero si se persevera, si se mantiene el norte, se logra lo que uno se propone. Solamente se tiene una vida para lograr los proyectos que uno se propone; hay que seguir siempre hacia adelante.

Gracias a todos los que hicieron posible este sueño, primordialmente a mi esposa Margarita por su apoyo, por creer en mí; a Tito Lugo, Mingo, Gaby, Tony Pacheco, Yuyo, Miguel, Jimmy por su trabajo. A Pedro Pons y a mi hermano Arnaldo por sus recomendaciones y su ayuda. Finalmente a Dios, sin ti nada se puede.

2 de abril de 2014

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